El SEFF apuesta un año más por el equilibrio entre nombres consagrados de la cinematografía europea y las nuevas voces, producciones independientes y pioneras. A lo largo de nueve días de exhibiciones fílmicas, 17 piezas lucharán por el Giraldillo de Oro en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, que dará hoy el pistoletazo de salida con una producción estatal, 'La ignorancia de la sangre' (fuera de competición). Ruben Östlund, Eugène Green, Andrey Zvyagintsev e, incluso, Alain Resnais con su obra póstuma, son algunos de los nombres que componen el programa a concurso en sección oficial. Dibujando el mapa underground del panorama europeo, también en competición, Nuevas Olas, que dirige su objetivo a miradas singulares del arte contemporáneo: Oksana Bychkova o Veiko Ounpuu, que apuntan a convertirse en imprescindibles del cine actual, definen una categoría que presenta los trabajos más jóvenes y refrescantes del continente.
Figura esencial de la nouvelle vague y revolucionario del concepto de montaje, el legendario Alain Resnais ('Hiroshima mon amour'), fallecido a principios de año, concurre con su comedia existencial 'Aimer, boire et chanter', premiada con el Oso de Plata en la Berlinale, donde recibió excelentes reseñas, además de ostentar "un bonito título para celebrar la memoria de uno de los cineastas más innovadores de su tiempo: amar, beber y cantar". Con reminiscencias de 'Fumadores/no fumadores' o 'Coeurs' ('Asuntos privados en lugares públicos') en cuanto a su estilo abiertamente teatral, que abarca desde la composición hasta la interpretación, y basada en la obra literaria del dramaturgo inglés Alan Ayckbourn, la cinta póstuma del galo, de toque surrealista, revela las frustraciones y miserias de tres matrimonios, previamente enmascaradas por el hábito y la rutina, que se precipitan hacia el caos cuando reciben la noticia de la inminente desaparición de un amigo que sufre una enfermedad incurable. Flanqueados por escenarios irreales y multicolores, y en plena campiña de Yorkshire, sus protagonistas degustarán los últimos sorbos del amor en un homenaje a la vida. El cine como puro teatro.
Experto en las luces y sombras del barroco y defensor de la artificialidad en el cine, Eugène Green ('La monja portuguesa') toma el nombre de la Iglesia romana Sant'Ivo alla Sapienza para titular su último trabajo 'La Sapienza', un drama teatral que yuxtapone espacio y luz, y se centra en los fantasmas del pasado y en el amor presente. Un exitoso arquitecto suizo, Alexandre, con falta de creatividad que, un tanto asqueado de la vida, decide emprender un viaje por Italia con su esposa, en búsqueda de una renovación espiritual y artística. Tras la pista de Borromini, maestro de la arquitectura barroca, el protagonista se embarca en una suerte de 'Viaggio' a la Ozu, con reminiscencias rossellinianas. En la idílica Stresa conocen a dos hermanos adolescentes: Lavinia, que cae bajo la protección de la mujer, y Goffredo, que se convierte en discípulo improvisado de Alexandre. Un torrente de luz cambia, así, el curso de las cosas. El realizador proporciona a los espectadores acceso directo a los pensamientos y las emociones de los personajes.
Imágenes extraordinarias y simetrías bañadas de vodka de la mano de Andrey Zvyagintsev, que concurre con una cinta estrictamente metafórica y homónima que se apoya en la obra 'Leviatán' de Hobbes para hacer referencia a la bestia bíblica, en este caso encarnada en el todopoderoso Gobierno ruso. Rememorando la metafísica de Tarkovski, el realizador báltico firma un drama sombrío de inquebrantable ambición, que se mueve con lentitud deliberada y convincente sobre la corrupción y la intimidación en la Rusia contemporánea. Un alcalde corrupto quiere arrebatarle a Kolia los terrenos de su casa y taller, donde vive con su segunda mujer y su hijo. En su ayuda acudirá un amigo, abogado de la capital, que tiene pruebas suficientes para empapelar al gobernador local. Sólo que Kolia tiene todas las de perder, puesto que le saldrán enemigos de hasta debajo las piedras. Los asuntos candentes de Rusia tales como religión, política, pistolas o alcohol, al desnudo en un pueblo a orillas del mar.
'Turist', el tercer largometraje de Ruben Östlund, que se alzó con el Premio del Jurado en Un Certaind Regard, concurrirá por el galardón en el certamen andaluz. El realizador sueco, como ya ejemplificó en sus filmes anteriores 'Play' e 'Involuntary', no pierde la afición por mostrar a sus personajes en situaciones límite, caldo de cultivo para que aflore el lado más inesperado del ser humano. Ahora, examina las trascendentales consecuencias emocionales de una familia, que se ve sorprendida por una avalancha en los Alpes. Cómo sus protagonistas se mueven por instinto, prefiriendo poner su propia piel a salvo en lugar de velar por sus allegados, es una de las cuestiones más provocativas en las que se detiene el director. La cinta, que cuenta con un elenco mixto sueco-noruego (Johannes Kuhnke, Lisa Loven Kongsli y Clara Wettergren), pone al descubierto la cobardía de un padre ante un inminente alud de nieve.
Nuevas Olas Ficción.
Comparada con 'Blue Valentine', Oksana Bychkova rastrea en 'Another Year', un drama sentimental, el deterioro de una pareja de recién casados, que apuesta por caminos mutuamente excluyentes. El último trabajo de la directora ucraniana, que bordea el arte y ensayo, está basado en una pieza teatral de Alexander Volodin. Puede ocurrir que un día uno se despierte, mire a su alrededor, y se pregunte cómo ha llegado donde está, y si no está acaso viviendo la vida de otro. La cinta, de estética indie y empuje emocional, pone el punto de mira en el conflicto interior de la protagonista: por un lado, abraza un nuevo mundo que valora su trabajo creativo; y por otro, es incapaz de abandonar por completo a su primer amor. El amor inmaduro o el momento en el que los sentimientos se convierten en inevitable reiteración, aunque sea en contra de la voluntad de los amantes, son algunos de los temas por los que apuesta la cineasta.
Estética lo-fi, tonalidades nostálgicas y pistas musicales evocadoras para 'Free Range' de Veiko Ounpuu, que firma una comedia en tono irónico sobre el "fastidioso malditismo hipster que nos asola". Fred, que representa la contradicción de los movimientos contraculturales dentro de una sociedad capitalista, es un joven escritor en ciernes que tras perder su trabajo a causa de una funesta reseña de 'El árbol de la vida', y enterarse de que su novia está embarazada, empieza a dar tragicómicos bandazos de inconformismo escapista. Pero nada, nunca, le va bien. Filmado en 16 mm, con luz otoñal, y una banda sonora con Scott Walker o Cat Stevens a la cabeza, que suena a tocadiscos vintage, el realizador estonio recrea en su tercer trabajo una imagen melancólica de la juventud. No faltan observadores culturales sobre las naciones post-soviéticas: la erosión de la identidad nacional, o el desaliento causado por los apetitos insostenibles de la globalización.
María José López